Los expatriados pueden planificar su jubilación realizando aportaciones a los planes de retiro de su país de origen, como IRAs o 401(k), si la normativa lo permite. También pueden considerar contribuir a planes de jubilación en su país de residencia, en caso de que existan, o invertir en otros vehículos de ahorro para la jubilación, como rentas vitalicias o planes de pensiones.